Con técnicas inspiradas en el arte del clown, mi objetivo es adentrarme en los rincones más profundos del alma humana, otorgándole a cada individuo el derecho sagrado de ser quién es en esencia. A menudo, la percepción popular vincula al payaso con la risa desenfrenada, sin embargo, el verdadero espíritu del clown va más allá; busca conmover, no simplemente entretener.
En mis talleres y sesiones, el espectro emocional abarca desde las carcajadas hasta las lágrimas. Mi misión es desenterrar al niño interior que reside en cada uno de nosotros, no para infantilizar al adulto, sino para restaurar esa maravillosa espontaneidad y capacidad de asombro que caracterizaba nuestros primeros encuentros con el mundo, cuando nos sentíamos invencibles.
Le garantizo que este proceso de reconexión con nuestra esencia perdida es profundamente transformador.